Thelma & Louise

UNA PELÍCULA DE CULTO QUE HIZO TENDENCIA
Corría el año 1991 cuando Thelma & Louise se estrenó en los cines de todo el mundo, y nadie, ni siquiera su director Ridley Scott ni las protagonistas Geena Davis y Susan Sarandon, hubieran esperado jamás el éxito que tuvo la película, pero sobre todo el impacto cultural con el que supo darle un punto de inflexión a la figura femenina. ¿A qué se debe tal éxito? para entenderlo necesitamos analizar su trasfondo psicológico, los traumas de los personajes y sus vidas así como el contexto social.
Podemos establecer matemáticamente la ecuación ganadora de esta película así:

Soledad + Transgresión = Libertad
Libertad femenina ÷ machismo = Muerte

Thelma & Louise, de hecho, representa un grito por la libertad y emancipación de la mujer en una época en la que la figura femenina estaba sufriendo un profundo cambio cultural. Thelma & Louise representaba ese deseo de independencia, de autodeterminación, de las mujeres cansadas de someterse al juego masculino, sea del tipo que sea: de los compañeros ocasionales, del marido que es padre y amo, del seductor del momento en búsqueda del sexo desechable e incluso de la ley encarnada en los policías que las persiguiràn hasta la muerte.

LA MUJER DOMESTICA
La palabra domesticar se utiliza cuando se hace “doméstico” a un animal salvaje, proviene del latín “domus” que significa “casa” por lo tanto una persona doméstica es como un electrodoméstico, apto para el uso y consumo de la casa, algo o alguien que sabe quedarse en casa. La película comienza presentando a Thelma y Louise como dos mujeres domésticas o domesticadas: Thelma tiene un marido idiota y machista que simplemente la trata como a una sirvienta. Louise tiene un hombre que la ama sinceramente, pero eso no es suficiente para ella porque viven en la misma rutina que los convierte en momias. En resumen, en ese contexto doméstico de la mujer, él espera que ella sea menos de lo que es y luego también espera que sea incluso feliz.
Thelma y Louise son camareras, son muy buenas amigas. Tienen dos situaciones familiares molestas y sin salida. Entonces deciden "escapar" durante un fin de semana, desafiando a sus hombres. Aquí se presentan dos temas centrales de la película: la soledad de Thelma y la aburrida rutina de Louise en la que no tiene en quién confiar, estos males llevan a las mujeres a desear un poco de transgresión.

"Siempre has sido loca, esta es sólo tu primera oportunidad de expresarte" -Louise-
Casi distraídamente, Thelma guarda una pistola en su bolso antes de irse. ¿Por qué? Es puro instinto de inseguridad, sufrió abusos y desprecios, el arma le ofreció protección y compañía. Salen en coche y paran en un club country. Thelma baila con un chico guapo que se insinúa hacia ella: la saca e intenta violarla. Louise llega, arma en mano, libera a su amiga y, no resistiendo la última provocación del hombre, lo mata de un tiro. El instinto psicopático de Louise ya no es sólo la ira que surge de haber visto a su amiga casi abrumada por el hombre que está a punto de violarla, sino más bien un estado emocional con la génesis más "antigua", derivada del pasado: ella misma sufrió violencia, y esto deja espacio para la agresión que lleva a un deseo de venganza, un esfuerzo de redención después del hecho. Operando una especie de "transferencia psicológica", se libera de su antiguo dolor. Thelma confiesa que incluso siente placer con ese asesinato: "Te diré una cosa, no lamento lo más mínimo que ese canalla muriera, lamento que fuiste tú quien lo hizo y no yo". Thelma comienza a comprender que su marido no la protege sino que la domina, este viaje o escape es también un viaje hacia su interior, hacia su psique, hacia sus límites y traumas. La película se convierte en la legendaria estadounidense "on the road". Las dos empiezan a huir, soñando con cruzar la frontera mejicana y hacer una nueva vida, incluso nuevos nombres, pero la policía las identifica pronto y se convierten en presas que hay que perseguir.

Thelma: ¿estás despierta?
Louise: Supongo que se podría decir así: tengo los ojos abiertos.
Thelma: Yo también estoy despierta. Me siento despierta.
Louise: bien.
Thelma: Me siento muy despierta. No recuerdo haberme sentido nunca tan despierta en mi vida. ¿Sabes? Ahora todo parece diferente. ¿Te sientes así? ¿Sientes que tienes algo por qué vivir ahora?

UN VIAJE DE LIBERACIÓN INTERIOR
La huida del asesinato se convierte para Thelma y Louise en un viaje enteramente interior que las transporta desde Arkansas a Oklahoma, hasta Colorado, con el objetivo de cruzar México y así una nueva vida. Sin embargo, las mujeres se ven obligadas a afrontar un mundo hecho por hombres para hombres, lo que revela su fragilidad pero también su incapacidad para relacionarse con un universo masculino absolutista y autoritario. Se descubren ingenuas y desprevenidas. Su transgresión resulta ser una redención de un sistema patriarcal nocivo, pero al mismo tiempo no evita un análisis de las contradicciones de los protagonistas, que obtienen su libertad demasiado pronto para poder implementar una emancipación madura y razonada. Aterrorizadas y condicionadas por los acontecimientos, un error atraerá otro en una avalancha, descubriendo gradualmente energías y potenciales internos insospechados, pero también hasta qué punto su vida está anclada a patrones y condicionada por legados psicológicos no resueltos.
Se podría decir que esta epopeya "on the road" exclusivamente femenina era bastante provocativa para su época, por lo que escandalizó a los puritanos tradicionalistas que gritaban "feminismo criminal", señal de que la película tocaba fibras sensibles en una sociedad estadounidense todavía machista e incapaz de lidiar con la independencia y el ingenio de las mujeres.


UNA SELFIE MEMORABLE
En esa época no existía la moda ni la tendencia selfie, de hecho ni siquiera tenía un nombre y esa foto que se toman Thelma y Louise en un momento en el que se sienten libres y felices es memorable. La amistad entre las dos mujeres es su única fortaleza y ambas encuentran apoyo mutuo. Rechazan la ideología masculina y buscan una dimensión que las haga libres; sólo encontrarán la verdadera libertad con la muerte, como para subrayar la decepción y la resignación ante una realidad asfixiante que no les deja escapatoria. En realidad, la tensión de toda la película es un continuo empujón al pedal de la aceleracòn de la emancipación de las dos protagonistas. Para Thelma, el viaje con su amiga representa su primera transgresión en la vida e incluso llegará a tener sexo con un extraño: "Finalmente tuviste sexo como es debido, estoy muy orgullosa de ello", dijo Louise. Pero el mismo hombre al que le entrega su transgresión sexual le roba y esto desata en ella todo el sentimiento de venganza. La ingenua ama de casa se transforma así en una ladrona casual en un supermercado: "Siento como si algo me hubiera atravesado y no pudiera volver atrás. Es decir, no podría simplemente vivir", dijo Thelma, ahora decidida a rodar cuesta abajo como una piedra.

DOS RATONCITAS EN UNA JAULA LLENA DE GATOS
Cabe señalar y resaltar cómo la fotografía cinematográfica de esta película se centra en un mundo de "hombres", la escenografía de un Arkansas interminable como telón de fondo con atmósfera Western es más actual y paradigmática que nunca en una generación en la que la violencia y la masacre femenina (feminicidio) parece estar lejos de ser sofocada por las noticias sobre crímenes. No es una película contra hombres, hay un hombre que se muestra igual a las dos mujeres: el policía Hal, el único personaje masculino neutral, que tiene serias dudas sobre la culpabilidad de las chicas, quien, aunque tiene la tarea de captura a las fugitivas, intenta transmitirles toda su solidaridad y comprensión y les habla por teléfono pero no consigue hacerles "entrar en razón"; comprende el porqué de sus gestos, empatiza con ellas. Sin embargo, Thelma y Louise no confiarán en él ni un minuto, ahora demasiado desanimadas por el universo masculino y sus trampas. Al cruzar la América conocen a un chico que parece decente pero que en cambio les roba, a un camionero vulgar que es duramente castigado y a un policía yuppie que es ridiculizado. Thelma también encuentra tiempo para robar un supermercado. Mientras tanto, la policía las persigue.

JD: Entonces, dígame algo, señorita Thelma. ¿Por qué no tienes hijos? Quiero decir, Dios hace algo especial contigo, creo que deberías transmitirlo.
Thelma: Bueno, Daryl, mi marido.
JD: ¿Daryl?
Thelma: Sí, dice que aún no está listo. Dice que todavía es demasiado niño. Se enorgullece un poco de ser infantil.
Louise: Tiene mucho de qué estar orgulloso.
Thelma: Él y Louise no se llevan bien.
Louise: : yo diría que no.
Thelma: Ella piensa que es un cerdo.
Louise: Sé que es un cerdo.

EL FINAL INMORTAL
Quien haya visto esta película se olvidará de todo excepto del final, una escena de cine de culto: las dos mujeres se encuentran con el coche en el Gran Cañón. La policía las ha alcanzado, sólo pueden rendirse. Luego se miran, se dan la mano alegres y sonrientes y se lanzan al vacío. Esas miradas entre mujeres, esas risas impregnadas de dignidad y libertad, es un marco que permanece en el imaginario colectivo de las generaciones venideras. Es una acción de protesta total, de rebelión absoluta y el mensaje es claro: cuando la vida es prisión, la muerte es liberación. No quieren volver atràs, allí ya no hay vida. Eligen no estar más allí para estar allí para siempre. Esa imagen del coche suspendido en el acantilado es una metáfora de la elipse de un final que coincide con un comienzo: descubren una nueva libertad, sin ataduras y hasta saborean el poder. Imponen el mismo poder que les impusieron los varones. El hecho de que se arrojen al Cañón, lugar de acción exquisitamente masculina porque son los hombres los que se jactan de dominar las montañas, representa la toma final, la libertad definitiva, aquí es la mujer quien domina el vacío entre las montañas.

A veces es menos doloroso y menos fatigoso
ser condenado
que hacerse entender

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